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Montreal. Bella ciudad de contrastes

Días 10 y 11 de mayo 

Biosphere, Montreal

Bon jour, Montreal! Con una mezcla armoniosa de encanto europeo y de empuje americano, la ciudad a la que llegamos en esta ocasión nos sedujo. Paseando por su barrio antiguo presidido por la imponente Catedral de Notre-Dame, con calles empedradas, nos transportamos a los recuerdos de París, cuando momentos antes en la zona moderna parecía que estábamos en New York.

Esta mezcla de ambientes y ese aspecto europeo nos producía la sensación de ir volviendo a casa. Después de 312 días de viaje por el mundo, en esta ciudad nos sentíamos más cerca. Por primera vez después de pasar por África, Asia y América, escuchábamos un idioma europeo diferente al inglés y al nuestro propio: el francés. En Montreal lo primero que percibes al llegar al aeropuerto es que estás en la zona francófona de Canadá, en la provincia autónoma de Quebec. El francés domina los carteles. La gente se dirigía a nosotros, primero en francés y si, como ocurría, respondíamos en inglés, cambiaban inmediatamente de idioma con una sonrisa. Este gesto de sonreír parece que es otro de sus rasgos. Son realmente gente muy amable en general. Como veis, nos encandilaron nada más llegar desde Calgary.


El primer día, como era entrada la tarde y estaba lloviznando cuando llegamos, paseamos por los alrededores de nuestro hotel en la Rue St. Catherine, buscando un supermercado para cenar y poco más. Aquí notamos otra diferencia respecto a la zona anglófona: podíamos comprar cerveza o vino, y comida en la misma tienda, mientras que en la zona anglófona el alcohol sólo se vende en tiendas especializadas, independientes de las tiendas de comida. En Australia también era así, pero eran tiendas anexas.

A la mañana siguiente, amenazando tormenta, nos dirigimos en metro a la isla Sainte-Hèléne del río St. Lawrence, donde está el Parc Jean-Drapeau y cuyo elemento arquitectónico más destacable es el Biosphere, un pabellón esférico (geométricamente un icosaedro), recubierto inicialmente de una membrana delgada de acrílico, destruida por un incendio en 1976, que diseñó el arquitecto Richard Buckminster Fuller para la exposición mundial del 1967 y que hoy es el Museo de Medio Ambiente.




Había una interesante muestra fotográfica en la entrada. Paseamos por los alrededores en el bosque cercano, pasando junto a la Lévis Tower, una torre defensiva, hasta una explanada para poder ver el puente Jean Cartier y el skyline de la ciudad.

Village on Hold, de Gino Caron. Casetas de pescadores en el río St. Laurence
Lévis Tower


Mientras volvíamos al metro, nos sorprendió un animal rebuscando entre las hojas caídas. Una marmota. Viendo la llovizna insistente que nos acompañaba desde el día anterior, supimos enseguida que el tiempo iba a cambiar porque la marmota se había levantado :-))


Tomamos el metro para ir al barrio antiguo. El metro de Montréal se construyó en 1966 y los escombros fueron tales que se hizo con ellos una isla en el río cerca de la isla de Sainte-Hèléne. Nos habían dicho que estaba repleto de tiendas subterráneas. Bueno, es verdad que tiene muchas, pero no como en el de Seoul, aunque esta ciudad tiene 32 kilómetros de pasillos subterráneos para evitar las inclemencias del tiempo invernal.


La Catedral de Notre-Dame está situada en el promontorio que originalmente dominaba el Viejo Montreal, en la denominada hoy Place D'Armes. Es de estilo neogótico, construida en tan solo 5 años, entre 1824 y 1829. Su fachada está dominada por dos esbeltas torres y su interior, de madera y con detalles en mármol, con pasillos alfombrados, es un bello ejemplo de las construcciones coloniales francesas de primeros del siglo XIX. Tenía una luz azul que le daba un aspecto, diríamos, fantasmagórico. Sus vidrieras tampoco desmerecen. Son preciosas.



La Place D'Armes está presidida desde 1895 por la estatua del misionero Paul de Chomedey, fundador de Montreal, situada frente a la Catedral. A la izquierda de la Catedral está uno de los edificios más antiguos de la ciudad, el "Vieux Séminaire", edificado entre 1684 y 1687 por los monjes de Saint Sulpicio, quienes fueron los "señores" de la isla de Montreal durante casi dos siglos. Y en el lado opuesto de la Catedral se sitúa el imponente y sólido edificio del Bank of Montreal.

Bank of Montreal
Antes de salir de la plaza, vimos dos estatuas separadas por unos metros de un hombre y una mujer, ambas con un perro en sus brazos. Se trata de la obra "The english pug and the french poodle", en la que, mientras los perros se miran uno a otro intentando acercarse, el caballero anglófono y la dama francófona miran respectiva y despectivamente a la Catedral y al Banco de Montréal. Son una metáfora de la división de sentimiento entre una parte de los dirigentes apegados a la tradición francesa y eclesiástica y la otra parte apegada a la tradición inglesa y mercantilista. Y mientras, los inocentes perros, símbolos del pueblo, deseando unirse.


Antes os hemos dicho que el fundador de la ciudad es Chomedey. Es cierto, pero aunque se dice que había pescadores vascos que faenaban por esas aguas muchos años antes, el que figura como primer europeo que llegó a esta isla fue el explorador francés Jacques Cartier en 1535 que, tras ver que no había oro en la aldea iroquesa ubicada en este lugar, se marchó, aunque desde ese momento se establecieron contactos de intercambio de pieles. En recuerdo de ello, hay una enorme plaza boulevard con su nombre, la Plaza Cartier, abierta al Viejo Puerto, y en donde está el majestuoso Ayuntamiento de la ciudad.


Justo enfrente está el Château Ramezay, construido en 1705 como residencia del entonces gobernador de Montreal, Claude de Ramezay. El castillo fue el primer edificio proclamado como Monumento Histórico de Quebec y es el museo de historia privado más antiguo de la provincia. Fue declarado Sitio Histórico Nacional de Canadá en 1949. La visita es teatralizada en algunos momentos y merece la pena verlo al menos por fuera, como hicimos.


Continuamos paseando por callejuelas empedradas, casas y tejados de piedra del Viejo Montreal hasta llegar a la capilla más antigua de la ciudad, la Notre Dame de Bon Secours. También se la conoce como la Capilla de los Marineros por su cercanía al Puerto Viejo.



Y caminando empezábamos a regresar hacia St. Catherine por su lado este, que alberga The Village, el animado barrio LGTB de la ciudad (donde nos alojaríamos al final del viaje) y por Plateau Mont Royal,  el barrio que combina las tradicionales casas típicas bajas residenciales con las escaleras de hierro en su exterior, con calles donde proliferan los pequeños cafés, restaurantes y tiendas de moda.

The Village
A este concierto no nos daría tiempo a ir
Casas de Plateau Mont Royal
Escaleras típicas

La calle St. Catherine es peatonal en muchos tramos y es una de las calles más largas del mundo con sus 11 kilómetros. Nosotros recorrimos una zona cercana al hotel, hasta llegar al Palacio de las Artes (Place des Arts) donde también está el Musée d'art contemporary de Montréal. En esta zona es habitual ver exposiciones artísticas al aire libre. En ese momento, la exposición estaba relacionada con los viajes y había filas de maletas en la escalinata. También se podía jugar al ajedrez gigante mientras hubiera luz.




Continuamos el paseo por la calle para localizar la oficina de AVIS en la calle Metcalfe donde recogeríamos el coche de alquiler en la mañana siguiente para recorrer la provincia de Quebec y de Ontario. Mientras nos acercábamos a esas oficinas fuimos descubriendo el Montreal moderno, con rascacielos y tiendas de marcas comerciales. Un contraste con lo que habíamos visto en la mañana. Volveríamos a esta ciudad antes de regresar a España.



Amaneció un día soleado que nos daba la bienvenida para iniciar nuestro recorrido por la Canadá Atlántica. Nuestro primer destino sería Toronto. Pero eso será en la siguiente entrada de este blog.

Datos prácticos:

Cambio orientativo: 1 dólar canadiense = 0,67 euros. El uso de tarjeta está ampliamente extendido.

Entrada a la Catedral: el coste de la entrada son $6 CAD (aunque ellos dicen que es una contribución para sufragar la conservación y no una entrada per se). Bueno, llamadlo X. Abre diariamente de 08:00 a 16:30, el sábado cierra 30 minutos antes y el domingo abre a las 12:30. El plano que os dan (en vuestro idioma) está muy bien para vagar libremente por esta obra increíble. Más información en su página web

Entrada el Château Ramezay: cuesta $11 CAD y abre todo el año, de 09:30 a 18:00 en verano y de 10:00 a 16:30 en invierno. Su página web

Entrada al museo de la Biosphere: cuesta $15 CAD. Hasta los 17 años, la entrada es gratuita. Ver la bioesfera sin acceder al museo es gratis. Se puede llegar en metro, línea amarilla hasta la estación Parc Jean Drapeau. Más información en su web

Entrada a Notre Dame de Bon Secours: cuesta $12 CAD. La entrada es por el Museo privado de Marguerite Bourgeoys. Más información en su web

Transporte: Dentro de Montreal lo mejor es usar metro y autobuses, ya que el aparcamiento es muy difícil y caro. En la web oficial del STM se puede encontrar mapas, tanto de metro, como autobuses para orientarse en la red de 68 estaciones de metro y 220 líneas de autobús. Dispone también de una aplicación gratuita para móviles.

Desde el aeropuerto al centro de la ciudad se puede utilizar, durante 24 horas, el autobús 747 que cuesta $10 CAD con una validez de uso de 24 horas y se puede comprar en cualquiera de las máquinas expendedoras de las estaciones de metro, en el aeropuerto y en el Centro de Información Turística de Montreal. Con esta tarjeta se puede viajar en el resto de transportes. Se puede viajar también con las tarjetas de transporte de fin de semana (que cuesta $13,75 CAD), de 3 días consecutivos ($18 CAD ) y semanal ( $25,75 CAD). El tiempo de viaje entre aeropuerto y centro de ciudad es de entre 45 y 70 minutos.
El viaje individual en la ciudad (autobús o metro) es de $3,25 CAD.

Tarjeta turística (Atracciones y Transporte): se puede comprar una tarjeta de 48 horas o de 72 horas que permite entrar en las 23 atracciones principales de Montreal y usar la red de transporte. Cuesta $85 CAD (48 horas) y $99 CAD (72 horas). Más información en su web http://passeportmtl.com/ donde se puede comprar online también.

Alojamiento en Montreal (Quebec):

Hotel Villa: ubicado en la calle St. Catherine, en el centro de Montreal, cercano al Palacio de Artes, y cerca de salidas de metro, y cerca también de una de las paradas del autobús del aeropuerto. Es muy conveniente para moverse por la zona. Lo malo es que tiene un teatro concierto justo al lado y los aislamientos no son muy buenos por lo que tuvimos que pedir estar en el segundo piso para aislarnos un poco del ruido, aunque no fue suficiente. Es muy antiguo y debería renovarse. La puerta sólo necesitaba un empujón para abrirla, aunque tuviera la llave echada. Uno de los pocos sitios donde usamos una ”cerradura alternativa“. No dispone de televisión y la wifi es muy limitada. Por todo ello, no repetimos en este alojamiento en nuestra vuelta a Montreal unas semanas después.

Hotel Les Suites Labelle. En la zona este de la calle St. Catherine, cerca de una parada del autobús al aeropuerto y una estación de metro. Hotel tranquilo, con interior moderno y personal amable. Teníamos una pequeña cocina equipada, muy conveniente.  Muy recomendable.


Otros datos útiles de Canadá en general: electricidad, agua, vacunas ....

Unidades de medida:
1 kilómetro = 0,62 millas  /  1 milla = 1,61 kilómetros
1 litro = 0,26 galones  /  1 galón = 3,79 litros
1 kilogramo = 2,2 libras  /  1 libra = 0,45 kilogramos
1 onza = 25 gramos

Os podéis bajar una app para hacer cálculos rápidamente


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